jueves, noviembre 17, 2005

PELUSA


Abrí tanto los ojos que la basura mas grande que había en el poco aire se me metió en el ojo.

Pensé que lo había perdido todo, la casa, los niños, el seguro, todo. Pero fue ahí cuando recordé que mi ojo izquierdo después de muchos años, estaba casi a en la normalidad.

Lo utilicé como si hubiese sido la primera vez. Veía todo distinto, casi ajeno, pero en cierta forma, el izquierdo silenciosamente había estado aprendiendo del derecho todos estos años. Así es que no me fue tan difícil entenderlo.

Ya un poco mas encontrado en lo que veía, me preocupe de ver que era lo que había entrado en mi ojo. Escarbe y lo encontré.

Bote al cielo lo que había obstaculizado mi visión, y mire a mi alrededor, era distinto. Todo me quedaba mas claro. Entendí cosas que antes no le encontraba explicación o que simplemente no se la había buscado.

Camine feliz hasta el auto, maneje feliz hasta mi casa, camine feliz a mi pieza, no tan feliz al baño. Y me miré al espejo. Sentí que mi cara cambiaba bruscamente. No podía creer lo que estaba viendo en ese reflejo, no era lo que esperaba pero ahí estaba... yo, el mismo de siempre, no había cambiado en nada. Feliz me fui a la pieza de nuevo.

G.

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