LUCES

Tropecé tres veces y no me caí, tres veces y logré llegar aunque fuese por una vez.
Dos veces lo pensé, y una me lo imagine, Y en el momento que lo vi no podía creer lo que
tenia abajo mío. Miles de miles de luces las cuales tuve que ver por mas de una vez para
entender como estaban puestas.

Un vacío enorme llenaba gran parte de esta colección de luz, un vacío que no se me
hacia amigable, no me molestaba su presencia ni me cuestione su razón. Obviamente el
vacío estaba custodiado por luces, pero era mas evidente que las luces entraran al vacío
que el vacío a las luces.

Pensar que yo suelo convivir con esas luces, y que las conozco tan poco.
Siempre abajo de ellas, verlas desde arriba me hace notar su grandeza. Tal vez de no
mantener la mirada tan fija en mi camino conocería mas la luz.


El viento me movía para todos lados. Pero mantuve mi mirada casi fija, luces
también se movían, pero entendía que no era una cosa de viento. Cerré mis ojos para
dejar que el viento me contara lo que pasaba. Me sentí completamente inofensivo, empuñe las manos y volví a mirar. Seguía en el mismo lugar, pero el viento me había ganado.

Me imagino y puedo asegurar que de no empuñar la mano, no estaría contando lo que vi. Estaría boca arriba viendo luces mas lejanas, de distinto color y menos misteriosas que las de Santiago.

G.